NoMiedo – en la empresa y en la vida – Autora del libro: PILAR JERICÓ

PILAR JERICÓ autora del libro

En el primer post que comencé a redactar para luego subir al blog, experimenté precisamente una de las sensaciones que nos relata la autora: la incertidumbre de lo desconocido y el miedo al error.

 Al irme leyendo este libro (en el metro como hago habitualmente), la mente se me ha ido volando a situaciones de mi vida diaria que, a priori considero semejantes a lo que se está describiendo.

 Me ha gustado el estilo de incluir citas de autores o hechos (conocidos por casi todos) que se buscan para ilustrar cada epígrafe. Aunque es una forma ya tradicional de apoyar las ideas del autor, su acierto o desacierto conforme a nuestra manera de pensar, dan parte del éxito a la lectura. Y al hablar de éxito me refiero a que nos haga seguir leyéndolo, o nos lleve a saltarnos páginas para terminar antes su lectura.

 Ya en el prólogo se nos advierte que para sentir el no miedo es muy importante la pertenencia al grupo. A lo largo del libro se puede ver como “lo que perdemos y lo que ganamos” siempre lo relacionamos con nuestro grupo de referencia: la familia, el trabajo, el grupo de amigos. . .  Cuando vemos las situaciones cotidianas en abstracto pensamos: eso a mí no me pasa. Y los que nos observan dicen: es de libro, se está comportando como dicen todos los manuales.

 Para mí, este libro trata de hacernos reflexionar sobre lo que consideramos importante, y a lo que damos tanto valor como para generarnos la suficiente incertidumbre que nos haga tambalearnos en nuestras convicciones.

 Pero no se trata de “ser cabezotas” y no cambiar de modo de ver las cosas. Ni de pretender ser mas y mejor que el vecino, para poder ganarle en cada momento. Ni de escabullirnos ante la primera señal de amenaza.

 La autora nos indica 4 formas de afrontar el miedo, habituales en la especie humana:

–        La huida: asimilada a la frase “paso de líos”. En mi práctica laboral la he visto muchas veces, tanto entre compañeros como entre alumnos. Se comenta que el cuerpo docente es el menos corporativista dentro de las profesiones reguladas: nunca sacamos la cara por un compañero . . . Eso lo saben muy bien los alumnos, quienes, en mas casos de los debidos, intentan acorralar al profesor/alumno que ven menos “respaldado” por los compañeros. Por eso es tan difícil probar el bullying: nunca hay testigos dispuestos a confirmar la situación de la víctima.

–        La inmovilidad: asimilada a la frase de “no se”. La indeterminación asociada al miedo no la descubrimos si no hacemos un gran ejercicio de autocrítica: ni siquiera nos planteamos las cosas, no se nos vaya a ocurrir pensar diferente . . . Hay animales como el camaleón que consiguen defenderse pasando desapercibidos . . . y es lo que intentamos con esta conducta: pasar desapercibidos para al menos, no perder lo que tenemos.

–        Sumisión: asimilada a “para lo que usted mande”. Despectivamente se denomina “el pelota”, pero nada mas lejos de la realidad. Es una conducta muy parecida a las anteriores porque, lo que trata, es de no ser el centro de aquello que nos bloquea y que nos haría perder lo que consideramos importante.

–        Defensa agresiva: asimilada a la frase “esta empresa es un asco”. Es la mas extendida, aunque no lo confesemos. Nos pasamos el día quejándonos de esto, quejándonos de aquello . . . ¡quejándonos pero sin actuar! Muchas bravuconadas que lo que hacen es transferir nuestro miedo a los que nos rodean para intentar salir victoriosos. Pero esta actitud tampoco nos permite enfrentarnos a nuestros miedos . . . y además, hay auténticos magos del ocultismo de sus propios miedos (ni a ellos mismos son capaces de reconocérselos).

 La autora nos ilustra este capítulo con una frase de Sun Tzu ) “El arte de la guerra”, en el que dice que “la efectividad consiste en pasar por el lugar adecuado, en el momento oportuno y con la intensidad debida. Es el arte de la acción efectiva en sincronía con el medio.”  Con ello interpreto que, además de la (tan nombrada y poco explicada y poco enseñada) inteligencia emocional, en toda acción humana puede haber un componente de “azar” que también es importante tener en cuenta.

Sobre esta idea, se recoge otra cita del dramaturgo George Bernard Shaw, conforme a la cual “ Las personas siempre culpan a las circunstancias de lo que son. Yo no creo en las circunstancias. La gente que avanza en este mundo es la que persigue y busca las circunstancias que desea y, si no las encuentra, las crea.”

Con mis alumnos, comentamos siempre esta idea (aunque ellos se leen “Quien se ha llevado mi queso”). El mundo gira con nosotros dentro: y tenemos que aprender a girar con el. Nada es bueno o malo por definición: lo interpretamos conforme a lo que cada uno hemos aprendido (académica o socialmente), y esa interpretación es la clave de nuestros miedos: en ese instante podemos pararnos a reflexionar si nuestro miedo es a perder algo, a no alcanzar algo, a defraudar a alguien, o simplemente a perder oportunidades que pensamos que no nos las va a volver a regalar la vida.

En las empresas el tema es fácil de ver para mis alumnos, porque la pérdida económica la tienen muy clara (y las consecuencias a las que les llevan): no ascenso = no gratificaciones, no gratificaciones = el mismo coche que mi colega, el mismo coche que mi colega = menos éxito social . . . y así podemos enumerar un montón de cosas.

Pero en su vida particular, les es mucho mas difícil, porque (habitualmente) sin grupo de referencia, no quieren plantearse nada. Y por lo tanto, parece que no tienen miedo a nada. Luego, cuando les vas conociendo y hablas muuuuchos días con ellos, les vas rascando y compruebas como, su mayor miedo son ellos mismos y la posibilidad de defraudarse a ellos mismos. Un difícil dilema. Sería mas sencillo el mundo de la empresa si no lo compusiésemos personas . . . ¿otro miedo?

 Como solución, la autora recoge una cita de Emerson “La confianza en uno mismo es el primer peldaño para ascender por la escalera del éxito”. Y escribe mas adelante que “nuestro talento invisible es muy ocurrente. Probablemente, su función sea protegernos del virus de la decepción”, y un poco mas adelante que “El sentido del humor es, un signo de madurez y una excelente terapia contra el miedo. Nos aleja de nuestras emociones y nos ayuda a relativizarlas”.

Como ya tengo unos añitos de prácticas vitales, me hizo reflexionar sobre algo que vengo poniendo en práctica habitualmente: escuchar con una sonrisa en la cara. En los años que me ha tocado ser miembro de tribunales de oposiciones, me ha servido para que muchos de mis compañeros quieran “caer” en mi tribunal, comentando en los pasillos que “en este suspendemos igual que en los otros, pero el mal trago es mas dulce”. O como este curso, que una compañera cuando fue llamada para una interinidad, eligió mi centro según me contó al llegar, porque “con una sonrisa así, tiene que haber un buen ambiente de trabajo entre compañeros”. Y no es por falsa modestia, pero quien pasa por mi departamento (del que no soy nada mas que otra profesora de los 14 que estamos), pide volver e intenta quedarse.

 Como recoge Pilar Jericó para terminar: “Caminante no hay camino, sino estelas en la mar (Cantares – Antonio Machado)

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